2 de diciembre de 2006

El factor humano en los accidentes laborales

Por Miguel González Medina

Los antiguos griegos creían que existían seres tocados por las manos de los dioses. De ser cierto, la protagonista de nuestra historia, sería uno de ellos. De ojos grises y aterciopelados, su nariz roma acentúa un gracioso mohín sobre la permanente sonrisa. Movimientos suaves adornan el contorno de su figura. Joven, bonita, inteligente, y segura de sí misma, no escatima esfuerzos en el quehacer diario.

Por las mañanas debe madrugar pues asiste a un curso de cocina, que seguramente le proyectará hacia un prometedor futuro profesional. Y a las dos de la tarde, inicia su jornada laboral en el sector de la hostelería, cara al público y sometida a un exigente trabajo físico.

Al igual que las mediocres novelas policíacas avisan por adelantado que el mayordomo es el asesino, ¿podríamos anticipar que nuestra protagonista es susceptible de sufrir un mayor número de accidentes laborales? Obviamente se trata de preguntas “ganchos” para forzar un “sí” o un “no” y simplificar excesivamente la cuestión.

El encabezado anterior, aparte de pretender ser un sentido homenaje, a una excelente compañera de curso, nos sitúa en la controversia de otorgar la primacía al factor humano frente al factor técnico, en las causas de los accidentes laborales. Desde luego, una formulación mixta sería la respuesta ideal, y el artículo de hoy quedaría reducido a una declaración de amor. Pero ¡no!, la compañera ya me ha dado calabazas, y una vía intermedia entre los factores, ya citados, no sería precisa. Veamos un ejemplo: Fernando Alonso, vigente campeón de Fórmula I, ¿lo es, por su pericia y condiciones físicas o por el coche que pilota? Nótese que nuevamente no nos sirve la respuesta mixta. En el ámbito de la seguridad laboral es el propio ser humano, debido a prácticas inseguras, o porque da lugar a condiciones inseguras, el único responsable de la totalidad de los accidentes. Así pues, minimizar los riesgos laborales incluye no sólo un estudio pormenorizado del puesto de trabajo, sino de las pautas de conducta del propio trabajador, a fin de establecer estrategias de protocolo para laprevención de accidentes.

Nótese que la repetición de determinadas pautas de comportamiento implicará en el posterior análisis posibles correcciones a errores cometidos. Así elementos tales como una inadecuada formación, falta de motivación, problemas físicos y mentales, bromas, equipos inseguros, etc., resultan determinantes.

Sin embargo, difícilmente se llegará a predecir los accidentes laborales. Como dice el físico Fran Oppenheimer , “la predicción depende sólo del supuesto de que las pautas observadas se repetirán”. Es decir las variables que surjan del análisis de todo puesto de trabajo, parte en sí mismos de unas premisas que no tienen por qué producirse en la realidad. Por consiguiente, no hay personas predispuestas a sufrir accidentes, sino personas en las que se repiten accidentes por ser acreedoras de prácticas inseguras y condiciones inseguras.

¿Que cómo se llama la chica de los ojos grises?. En los atardeceres de un frío invierno, antes del último haz luminoso, un coro de nereidas su nombre invocan.









No hay comentarios: